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by HRC Staff •
Es difícil pensar en un futuro que prometa igualdad e inclusión para todos en este clima político. La comunidad transgénero vive una situación desafiante y más aún debido a los últimos ataques en su contra.
Artículo presentado por Milagros Chirinos, Directora de Prensa Bilingüe-Español
Es difícil pensar en un futuro que prometa igualdad e inclusión para todos en este clima político. La comunidad transgénero vive una situación desafiante y más aún debido a los últimos ataques en su contra. La falta de acciones legislativas y el miedo a la violencia se suman a los múltiples retos en la vida de personas como Andrea Molina, Alexa Rodríguez y Sebastián Colón-Otero. Para ellos, poder contar con protecciones legislativas que velen por el bienestar de su comunidad no es un lujo sino un derecho.
Desde que el Gobierno de Trump eliminó las normas federales de protección para estudiantes transgénero el mes pasado, el ambiente político y la opinión pública sobre el tema se han cargado de estigmas que acentúan el insuficiente apoyo hacia la comunidad transgénero. Para Andrea Molina, una mujer transgénero de origen mexicano, lo más inquietante del actual momento político son los ataques dirigidos a las comunidades más vulnerables.
“La historia de dolor no se debe repetir. Necesitamos defender los derechos de los estudiantes y personas transgénero para que no asistan a la escuela con miedo por el tema migratorio o por la situación de los baños. Necesitamos crear la ofensiva ante este clima político”, dijo Molina, quien trabaja como directora ejecutiva de la Organización Latina de Trans en Texas, entidad comunitaria de apoyo para personas transgénero Latinx.
La defensora de derechos comentó que hay al menos un aspecto positivo sobre estas agresiones contra la comunidad transgénero e inmigrante: el surgimiento de movimientos solidarios y el reconocimiento de la gravedad de las medidas anti-LGBTQ que se han llevado a cabo a nivel estatal y nacional.
“En el estado de Texas se están desarrollando propuestas de leyes que generan miedo colectivo: la SB6 que impacta directamente a la comunidad transgénero impidiendo el acceso a servicios higiénicos y la SB4 que afecta a los inmigrantes”, dijo Molina, quien participó en una manifestación local con muchos otros partidarios de Texas para oponerse a la aprobación del proyecto de ley SB6 la semana pasada. El número de protestas en contra de las nuevas políticas del Gobierno de Trump aumenta a nivel nacional.
Para Alexa Rodríguez, una activista transgénero de origen salvadoreño, mantener a su familia segura es una de sus prioridades. Rodríguez trabaja como directora en la Coalición Trans-Latina, una organización que apoya a la comunidad transgénero e inmigrante en Estados Unidos y es coordinadora del programa Empodérate de la Clínica del Pueblo. A Rodríguez le preocupa que los avances alcanzados por el Gobierno de Obama se pierdan y que la sociedad retroceda en cuanto a temas de derechos humanos.
“Estoy llena de incertidumbre sobre el futuro de nuestra comunidad latina. Estoy pensando en cómo podemos permanecer seguros en este ambiente adverso en el que vivimos. Vengo de una familia mixta, es decir, donde hay personas que tienen documentos y otras que no. El temor a la deportación de mis familiares es perenne”, dijo Rodríguez, quien huyó de la violencia de su país natal hace ocho años. Rodríguez señaló que muchos padres de niños transgénero con los que trabaja temen por la seguridad de los menores en las aulas escolares. De acuerdo con Molina, el nivel de estrés de los niños y sus familiares se debe al clima político y al miedo de ser deportados en algunos casos.
La angustia de Rodríguez y Molina es compartida por Sebastián Colón-Otero. Como psicoterapeuta, parte de su trabajo se basa en escuchar las historias de discriminación y violencia experimentadas por jóvenes hispanos, personas transgénero, inmigrantes y refugiados todos los días. Colón-Otero, un hombre transgénero puertorriqueño que vive en Texas, comprende el miedo de sus pacientes y se identifica con la ansiedad que muchos de ellos muestran.
“El discurso social evidencia el racismo contra los inmigrantes, la transfobia e islamofobia. Es increíble. He observado una tendencia suicida en muchos de mis pacientes debido al momento político en el que vivimos”, dijo Colón-Otero, quien expresó también su preocupación por la juventud transgénero y los retos que enfrenta bajo el mandato de Trump.
“Tenemos que hacer algo por los niños y las muchachas transgénero que suelen ser el blanco de la violencia. Las organizaciones LGBTQ y de inmigrantes deben de trabajar de manera conjunta para protegerse. Confío en nuestra capacidad de poder social”, reiteró Colón-Otero, quien a pesar de expresar su temor por el clima político dijo que este es el momento para denunciar los abusos y ejercer resistencia.
Al menos siete personas transgénero han sido asesinadas este año en los Estados Unidos, casi todas fueron mujeres de color. La representación desproporcionada de mujeres de color dentro de las víctimas de homicidio de personas transgénero evidencia el racismo y sexismo que complementan el prejuicio antitransgénero como lo explica HRC y la coalición Personas Transgénero de Color en A Matter of Life and Death, un informe de 2016 sobre la violencia contra la comunidad transgénero. En este momento, el año pasado, solo cuatro asesinatos de personas transgénero habían sido reportados a nivel nacional; a finales de ese año, los defensores de derechos habían registrado más asesinatos que en cualquier año anterior.
La falta de información precisa de este tipo de agresiones contribuye a la ignorancia del tema y su importancia en la comunidad. La vida diaria de muchas personas transgénero se ve amenazada por crímenes de odio que se reportan de manera insuficiente y ambigua.
“El reto más importante que enfrenta la comunidad transgénero es la intimidación y la discriminación en las escuelas, lo cual ha sido incitado por la decisión de la Administración de Trump de cancelar las directrices de protecciones de estudiantes transgénero que salvan vidas. Y de manera más amplia, diría que es la violencia contra personas transgénero, especialmente con las mujeres transgénero de color”, dijo Sarah McBride, secretaria de prensa nacional de HRC, quien señaló que el problema radica en la falta de educación y solidaridad.
Tratar el tema de violencia dirigida a la comunidad transgénero e inmigrante es responsabilidad de toda comunidad LGBTQ. HRC seguirá apoyando a las personas más vulnerables durante la actual Administración y continuará luchando por defender los derechos humanos de todos.
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