En la mayoría de los estudios las personas transgénero sólo han sido contadas como del sexo asignado al nacer, lo que no solo niega sus identidades, sino que además las deja relativamente invisibles a los ojos de los funcionarios de salud pública y organizaciones defensoras de sus derechos que trabajan por la prevención, el tratamiento y la atención de salud relacionada con el VIH. Los pocos estudios recientes que consideran a las mujeres transgénero (y aún menos, los que consideran a los hombres transgénero) como un grupo específico, revelan tasas de infección con el VIH alarmantemente altas. Un reciente informe de AmFar por ejemplo, concluyó que “las mujeres transgénero tienen 49 veces las posibilidades de estar viviendo con el VIH que la población general”. Si bien los hombres transgénero tienen menos posibilidades de ser VIH positivos que las mujeres transgénero, sus tasas de infección son más altas que las de la población general.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés) sugieren que ciertos factores de riesgo se asocian directamente con que la transfobia, y la marginalización que enfrentan las personas transgénero pueden contribuir a dichas tasas de infección tan altas. Estos factores de riesgo incluyen “tasas más altas de abuso de drogas y alcohol, trabajo sexual, encarcelamiento, falta de vivienda, intentos de suicidio, desempleo, falta de apoyo familiar, violencia, estigma y discriminación, acceso limitado a la atención médica, y experiencias negativas durante las citas de atención médica”. Esencialmente, debido a que viven en una sociedad donde existe un significativo estigma y discriminación contra las personas transgénero, se ven forzado/as a situaciones que aumentan mucho su riesgo de contraer el VIH y limitan gravemente sus posibilidades de obtener una atención médica adecuada una vez que se infectan.
TEMAS CRÍTICOS
- Visibilidad e inclusión - Las personas transgénero necesitan estar incluidas en estudios de comunidades afectadas por el VIH, y los defensores de la comunidad del VIH/SIDA y LGBTQ deben reconocer las formas en las que las personas transgénero pueden ser afectadas específicamente por el VIH. Por ejemplo, si bien existe cierta evidencia que confirma la eficacia de la PrEP entre las mujeres transgénero que tienen sexo con hombres, deberían hacerse más investigaciones para determinar el efecto, si alguno, que la PrEP tiene en los hombres y mujeres transgénero que utilizan terapia de reemplazo hormonal. Es importante tener en cuenta este tipo de preocupaciones específicas para ciertas comunidades al discutir intervenciones biomédicas, como la PrEP y destacar la necesidad de llevar a cabo investigaciones diseñadas específicamente para atender las preocupaciones de las personas transgénero.
- Educación sobre la prevención - Las personas transgénero necesitan obtener información competente, afirmativa, sexualmente positiva que esté dirigida específicamente a sus cuerpos, sus relaciones y a las preocupaciones de su comunidad.
- Obstáculos para la atención - Las personas transgénero enfrentan obstáculos adicionales para la atención médica que otras personas afectadas por el VIH no encuentran, específicamente el temor real de ser discriminadas por los profesionales del área de la salud, o que se les niegue tratamiento debido a su identidad o expresión sexual. Estas barreras aumentan las probabilidades de que las personas transgénero eviten hacerse la prueba y que sea menos probable que permanezcan bajo atención médica relacionada con el VIH.
- Violencia - Además de las altas tasas de acoso y violencia de género que sufren las personas transgénero, ellas también viven con tasas mucho más altas de violencia sexual que la población general y otros grupos de la comunidad LGBTQ. Debido al elevado riesgo de ser desestimados o re-victimizados por la policía, las personas transgénero son menos proclives a reportar los ataques sufridos o a ir a un hospital para recibir atención como la profilaxis post-exposición (PEP) después de una violación.
- Pobreza y desempleo - Las personas transgénero que han sido discriminadas en el trabajo, o que no han podido continuar con una educación avanzada debido al acoso/intimidación en la escuela, tienen más probabilidades de participar en el trabajo sexual para sobrevivir, lo que puede ponerlos a mayor riesgo de contraer el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).